Muchos componentes de la alimentación son asociados con el proceso de desarrollo del cáncer, principalmente el cáncer de colon (intestino grueso), mama, recto, próstata, esófago y estómago. Algunos tipos de alimentos, si tomados regularmente, durante largo tiempo, forman el ambiente adecuado que una célula cancerígena necesita para desarrollarse y esparcirse.
Esos alimentos deben ser evitados o consumidos con moderación. En este grupo están los alimentos con mucho contenido de grasa como las carnes rojas, la salsa mayonesa, la leche entera y sus derivados, bacon, longanizas, salchichas, mortadela y otros. Existen también los alimentos que contienen niveles significativos de agentes cancerígenos, como los nitritos y nitratos que son usados para la conservación de algunos alimentos, como picles, salchichas y otros embutidos, además de algunos enlatados. Esos compuestos se transforman en nitrosaminas en el estómago aumentando el riesgo de cáncer.