Una robusta sopa de letras hace la boca agua a los lectores ávidos por milagros de las dietas de papel, haciendo con que, literalmente, que “la gente coma con los ojos”
Calorías engordan, la obesidad es una enfermedad crónica y las dietas no funcionan. Bebidas alcohólicas engordan, lipoaspiración no adelgaza, mezclar alimentos no engorda. Un buen medico o nutricionista puede informar eso a cualquier persona interesada. Pero esos millones de persona, infelizmente, prefieren informarse leyendo libros sobre dieta. Todos los expertos, sin excepción, predican una “reeducación alimentaria”, o sea, cambios de hábitos a la mesa, ejercicios regulares y buen sentido. Nada, además, que las madres o abuelas de los lectores de esos libros no les hubiesen recordado siempre.
Ese “boom” de la industria de libros sobre dietas, forma un raro sub grupo literario donde a sus lectores parece que les encantan ser engañados. Son generalmente escritos por periodistas que entrevistan médicos que los firman, no brillan por su estilo y son llamados estafadores y pueriles. Mismo así, cada año muchos millones de dólares de esos libros son vendidos solo en USA, incluidos videos, gimnasios, conferencias, alimentos y remedios.