lunes, 16 de julio de 2012

La vitamina K

Mucho se ha hablado sobre la relación de la vitamina K con la coagulación, pero esa vitamina tiene otras funciones muy importantes. Muchas líneas de investigación indica que la vitamina K tendría un afecto beneficioso para el corazón por la inhibición de la calificación vascular, es decir, la formación de placas en las arterias, que contribuyen a la obstrucción de las arterias.

La vitamina K aparece en estudios internacionales relacionada aun a la manutención de los huesos. Ella es necesaria para activar una de las principales proteínas de los huesos, la osteocalcina. Eso puede cambiar la indicación del consumo del nutriente por los nutricionistas: 90 microgramos (mcg) por día para adultos en media. Esos datos se refieren al equilibrio de la coagulación sanguínea. Se estima que la ingestión, a fin de garantizar la salud ósea debe ser cuatro veces mayor.

En la coagulación, tiene una acción anti hemorrágica, estimulando la coagulación. Por eso, en usuarios de anticoagulantes, controlar la ingestión de la vitamina K es tan importante, debiendo ser disminuida.
Lo ideal es que el consumo de alimentos ricos en esa sustancia sea constante, en cantidades semejantes todos los días, a fin de mantener la coagulación equilibrada. Esa es una preocupación particularmente importante en el invierno cuando el consumo de vegetales por lo general suele disminuir.

Por ser una vitamina liposoluble, depende de las grasas ingeridas en la alimentación para ser absorbida. Por ese motivo, en las dietas muy restrictivas, prácticamente sin grasa, puede haber carencia de este nutriente. El consumo de suplementos también puede afectar en el aprovechamiento de la vitamina K. Si la persona consumir una dosis aumentada de la vitamina A o de la vitamina E, puede haber una disminución en la absorción de la vitamina K, ya que esos dos nutrientes también son liposolubles y compiten en el cuerpo por el mismo punto de absorción en el intestino.

Ella también puede ser producida por bacterias que viven en el intestino humano, pero de forma reducida. Así la principal fuente aun es la alimentación. Lo ideal es consumir de 3 a 5 porciones al día de hortalizas de hoja verde, como la col, la espinaca, las hojas de nabos, la col rizada, la acelga, las hojas de mostaza, el perejil, la lechuga romana y la lechuga de hoja verde. Verduras como las coles de Bruselas, el brócoli, la coliflor y el repollo. También son fuentes de vitamina K el pescado, el hígado, la carne de res, los huevos y cereales, productos de soja y algunos aceites vegetales (soja, algodón y oliva).

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