Hay un sabio proverbio chino que dice:
"Espero que la próxima vez, en lugar de luchar, podemos tomar el té juntos".
En los países orientales la práctica milenaria de consumir el té está llena de significados. Degustar un té es estar en armonía con todos los elementos que rodea la practica, tales como la taza, la bandeja, la luna, el viento, la luz, los árboles y el hombre, simbolizando así la verdadera unidad entre la naturaleza y el ser humano. Según la filosofía oriental cada ceremonia del té es única y no puede ser reproducida.
El Té ha ganado durante los últimos tiempos en diversificación y especialización del producto, lo que ha redundado en un mayor valor agregado y aceptación. Sus reconocidas cualidades en el mejoramiento de la salud ha hecho del té la bebida que más fácilmente ha sido asimilada por diferentes culturas a lo largo de los años.
Los tés rojo, blanco y verde provienen de la misma planta, Camellia sinensis, originaria del sudeste asiático, y se someten a diversas formas de cosecha y fermentación. Por esta razón la potencia de las propiedades es diferente en cada tipo de té. Ahí es donde reside el secreto de cada uno.