Té blanco, verde y rojo

Hay un sabio proverbio chino que dice:

 "Espero que la próxima vez, en lugar de luchar, podemos tomar el té juntos".

En los países orientales la práctica milenaria de consumir el té está llena de significados. Degustar un té es estar en armonía con todos los elementos que rodea la practica, tales como la taza, la bandeja, la luna, el viento, la luz, los árboles y el hombre, simbolizando así la verdadera unidad entre la naturaleza y el ser humano. Según la filosofía oriental cada ceremonia del té es única y no puede ser reproducida.

El Té ha ganado durante los últimos tiempos en diversificación y especialización del producto, lo que ha redundado en un mayor valor agregado y aceptación. Sus reconocidas cualidades en el mejoramiento de la salud ha hecho del té la bebida que más fácilmente ha sido asimilada por diferentes culturas a lo largo de los años.

Los tés rojo, blanco y verde provienen de la misma planta, Camellia sinensis, originaria del sudeste asiático, y se someten a diversas formas de cosecha y fermentación. Por esta razón la potencia de las propiedades es diferente en cada tipo de té. Ahí es donde reside el secreto de cada uno.

Caracteristicas:

Té blanco: son las hojas más jóvenes de la Camellia Sinensis. Él es cosechado cuando todavía es un brote, y no pasa por métodos que eliminan parte de sus antioxidantes naturales, lo que no ocurre con el té verde. Por esta razón tiene más potencia y menos cafeína concentrada. Contiene unos niveles extraordinarios de polifenoles, tres veces más que el té verde, que se encargan de mejorar las defensas del organismo y suprimir la actividad oxidante de los radicales libres.

Té verde: también es obtenido de las hojas de Camellia Sinensis y se somete a un proceso poco después de la cosecha y el secado, donde se inactivan las enzimas que pueden degradar las catequinas, que son los principales componentes del té y que ejercen efectos beneficios para la salud. Es el más amargo de los tres y sin embargo el que más estudios posee sobre sus propiedades terapéuticas. Sus acciones demostradas son: antioxidante, anti-inflamatorio, protege contra las enfermedades neurodegenerativas, desoxidante, reduce la absorción de colesterol LDL (colesterol malo) y triglicéridos, aumentan el gasto energético y la oxidación de grasas, entre otros.

Té Rojo: pasa por un proceso de fermentación larga, que le hace diferente del té verde en varios aspectos, pero no hay estudios científicos sobre cuáles son las sustancias responsables del efecto beneficioso que están presentes y sus concentraciones. Está hecho con hojas y brotes de Camellia Sinensis semi fermentados obtenidos en las diferentes etapas de su desarrollo, posee un sabor dulce y su aroma y sabor son más suaves que los tés negro y verde. Aunque no hay estudios científicos que determinaron las concentraciones de sustancias en el té rojo, algunas evidencias sugieren que este té, además de su efecto en la quema de grasas, también podría tener efectos beneficiosos en bajar el colesterol, ser desintoxidante y acelerar el metabolismo del hígado.

Indicación:

Los tés son indicados a todas las personas que deseen aprovecharse de sus propiedades que van mucho más allá de la pérdida de peso. Las catequinas presentes en el té hecho de Camellia sinensis son considerados poderosos antioxidantes y antiinflamatorios, ya que inhiben la activación del factor NF-kB, que es un activador de la inflamación. Por lo tanto, el consumo regular de té ofrece varios efectos protectores en el cuerpo debido a la reducción del proceso inflamatorio en general, ayudando a prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y la enfermedad cardiovascular, pudiendo ayudar a perder peso cuando se asocia a cambios en los hábitos alimentarios y en el estilo de vida. Sin embargo, debido a la presencia de taninos, que son sustancias que pueden inhibir la absorción de otros nutrientes que ingerimos en nuestra alimentación, se recomienda que estos tés se consuman fuera de las comidas, evitando así la disminución en la absorción de nutrientes, principalmente del hierro. Lo mejor es 1h30min después de las comidas. Por otra parte, la presencia de cafeína puede perturbar el sueño en personas con dificultad para dormir, así que es importante que el consumo de estos tés sea evitado por la noche en personas más susceptibles.

El consumo ideal de té es de 500 ml al día, alrededor de 4 a 5 tazas. Con esta cantidad ya es posible obtener las concentraciones de nutrientes y compuestos bioactivos necesarios para garantizar sus efectos beneficiosos. Por la presencia de cafeína en el té, es importante recordar que las personas con presión arterial alta deben consultar su médico o nutricionista antes de consumirlo.

Advertencia: al consumir té pueden aparecer algunos efectos secundarios: nerviosismo, insomnio, taquicardia. El consumo de té está contraindicado a personas con gastritis crónica, úlceras gastroduodenales y con ansiedad severa. Consulte su médico o dietista.