Si pensamos en unos de los pocos alimentos que un cocinero tiene siempre a mano en la nevera, porque gusta a casi todo el mundo y podemos utilizarlo en cualquier tipo de plato (aperitivos, cocteles, primeros, segundos, postres o salsas), incluso como único ingrediente, nos daremos cuenta de que el huevo es único. Además, tiene una inmejorable relación calidad/precio. Por eso es el comodín de la cocina.
Pese a ello, muchas personas confiesan que limitan el consumo de huevos voluntariamente a dos o tres por semana, sin una recomendación médica que lo justifique, en base a prejuicios difíciles de desterrar.
Afortunadamente, la ciencia ya ha demostrado que comer huevos no solo no sube el colesterol drásticamente sino que el consumo de huevos en una dieta equilibrada aporta ventajas significativas para la salud.
El huevo es un alimento de gran importancia en la diera de cualquier persona sana. No olvidemos que contiene componentes necesarios para la vida. Salvo contraindicaciones especificas como la alergia al huevo o recomendaciones medicas, el consumo en una dieta equilibrada es especialmente importante en el embarazo y en la lactancia, la infancia y adolescencia y las situaciones que requieren aporte nutricional de calidad (la convalecencia de enfermedades u operaciones y la alimentación en ancianos).
El huevo es un alimento nutricionalmente completo. Aporta la proteína de más alta calidad de la dieta, por encima de las de la leche, el pescado o las carnes. Es la que más se aproxima a la que necesita nuestro organismo para su correcto funcionamiento. Las proteínas del huevo además son más fácilmente digeribles, especialmente si las calentamos hasta que se han coagulado (cuando la clara se queda blanca y solida).