martes, 30 de noviembre de 2010

El huevo

Si pensamos en unos de los pocos alimentos que un cocinero tiene siempre a mano en la nevera, porque gusta a casi todo el mundo y podemos utilizarlo en cualquier tipo de plato (aperitivos, cocteles, primeros, segundos, postres o salsas), incluso como único ingrediente, nos daremos cuenta de que el huevo es único. Además, tiene una inmejorable relación calidad/precio. Por eso es el  comodín de la cocina.

Pese a ello, muchas personas confiesan que limitan el consumo de huevos voluntariamente a dos o tres por semana, sin una recomendación médica que lo justifique, en base a prejuicios difíciles de desterrar.

Afortunadamente, la ciencia ya ha demostrado que comer huevos no solo no sube el colesterol drásticamente sino que el consumo de huevos en una dieta equilibrada aporta ventajas significativas para la salud.

El huevo es un alimento de gran importancia en la diera de cualquier persona sana. No olvidemos que contiene componentes necesarios para la vida. Salvo contraindicaciones especificas como la alergia al huevo o recomendaciones medicas, el consumo en una dieta equilibrada es especialmente importante en el embarazo y en la lactancia, la infancia y adolescencia y las situaciones que  requieren aporte nutricional de calidad (la convalecencia de enfermedades u operaciones y la alimentación en ancianos).

El huevo es un alimento nutricionalmente completo. Aporta la proteína de más alta calidad de la dieta, por encima de las de la leche, el pescado o las carnes. Es la que más se aproxima a la que necesita nuestro organismo para su correcto funcionamiento. Las  proteínas del huevo además son más fácilmente digeribles, especialmente si las calentamos hasta que se han coagulado (cuando la clara se queda blanca y solida).

El huevo es uno de los alimentos con mayor numero de nutrientes: rico en aminoácidos esenciales, ácidos grasos y vitaminas (sobre todo A, B y D). Tiene muy pocas calorías en relación a su aporte de nutrientes  (dos huevos tienen cerca de 141 Kcal) y una gran cantidad de proteínas de fácil digestión. Un 30% aproximadamente del huevo corresponde a la yema, un 60% a la clara y un 10% a la cascara. Los componentes nutricionales están repartidos, aunque existan diferencias entre la clara y la yema. La yema concentra las vitaminas liposolubles (A, D y E), los carotenoides (antioxidantes) y la colina. La clara tiene casi 90% de agua y proteínas (principalmente la ovoalbúmina). También las vitaminas del grupo B se encuentran en la clara.

Debemos destacar que la dieta de los vegetarianos estrictos no aporta la vitamina B12 al organismo, ya que esta únicamente en los alimentos de origen animal. Por ello, los ovolactovegetarianos completan su dieta con huevo y leche para mantener una dieta equilibrada.

En general el huevo es un alimento seguro. Sin embargo, una mala utilización del mismo puede producir la transmisión de una enfermedad  llamada Salmonelosis. Esta se produce por una bacteria que se encuentra en el medio ambiente y se transmite a través de alimentos que no han sido bien higienizados. Para que el huevo consumido este sano es fundamentas que además de todos los controles en la producción y distribución, el consumidor también tenga cuidados especiales a la hora de manipularlos. Tras la compra, deben mantenerlos refrigerados, de preferencia dentro de la nevera y no en la puerta, para evitar que se rompan, cocinarlos adecuadamente, evitar que los alimentos con huevos estén mucho tiempo  a temperatura ambiente y prestar mucha atención a la contaminación cruzada con otros alimentos y superficies. El consumo de huevo crudo no es recomendado.

Hay que recordar que la mayoría de las toxiinfecciones se producen en los hogares, por lo que la seguridad alimentaria es también nuestra responsabilidad.

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