viernes, 22 de julio de 2011

Las etiquetas de los alimentos

El etiquetado de los alimentos es el medio de comunicación entre productores y consumidores. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria las etiquetas son “la clave para realizar elecciones informadas sobre lo que se compra”, pero mismo así el etiquetado está lejos de cumplir con eso, pues en lugar de informar a menudo confunden más aun.

El etiquetado incluye un exceso de mensajes que no aportan nada, son de difícil comprensión además de ocultar datos importantes.

Abajo algunos consejos sobre cómo leer las etiquetas:



Mira las grasas saturadas y azúcares de los cereales enriquecidos: en algunas galletas o cereales que presumen de estar enriquecidos con vitaminas y minerales, su fabricante puede ocultar el alto contenido de azucares. Los incluyen dentro de los hidratos de carbono, o bien, se limita a decir que contienen grasas vegetales (que la gran mayoría de los consumidores la asocia con la más saludable), sin especificar que, en realidad, son de palma o coco, con un alto contenido de las perjudiciales grasas saturadas. Además, pueden contener mensajes como “sin azucares añadidos”, omitiendo que, sin embargo, este alimento contiene ya azúcares de una forma natural. Así puede resultar que algunos cereales dietéticos contienen más calorías que los normales.

Zumos: vigila su contenido de azucares: hay alimentos que se publican como “ricos en…”, “bajo en…”, “fuente de…”. Para que puedan incluir estos mensajes es necesario que lo acredite la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria”. Pero incluso así, pueden resultar engañosos. Piensa, por ejemplo, que un zumo en cuyo envase aparezca que es “99,5% libre de grasas”. Será verdad, pero no quiere decir que es más sano. En realidad lo que hay que vigilar en los zumos es su contenido de azúcares.

Lácteos: muchos beneficios. ¿Son efectivos? en ocasiones estos mensajes lo que hacen es subrayar la presencia de un componente beneficioso (“con péptidos activos”, “con omega3”…), ero sinq e se diga cuanto has de tomar para que sea beneficioso. Algunos estudios comprobaran que en algunas leches fermentadas, los bífidus y sustancias probióticas a los que deben sus propiedades beneficiosas, morían antes de ser consumidas o la cantidad que contenían no era suficiente para ser efectiva.

Margarinas: grasas hidrogenadas: Muchas veces te encuentras con una margarina “libre de grasas saturas” y te la llevas pensando que es buena para el corazón. Lo que muchos fabricantes ocultan en las etiquetas de las margarinas es si contiene o no grasa hidrogenada o trans, que son más perjudiciales que las grasas saturadas y que además de aumentar el colesterol malo, disminuyen el bueno e incrementan el riesgo cardiovascular.

¿Galletas quemagrasa? algunas veces ocurre que para que determinado ingrediente sea beneficioso para la salud es necesario tomar una cantidad desorbitada del producto. Por ejemplo, para que la L-carnitina tenga un efecto quemagrasa como dicen algunas galletas tendríamos que tomar más de una caja de dichas galletas al día, lo que supone más de 2.600 Kcal.

Mira el sodio y no la sal: otra estrategia habitual es informar la cantidad de sodio que contiene el producto y, en cambio, compararla con la cantidad diaria recomendada de sal, que es muy superior. La cantidad recomendada por la OMS de sodio es de 2,5g, mientras que la de sal es de 6g, puesto que solo el 40% de la sal es sodio, que es el perjudicial para la tensión.

¿Raciones de 30 gramos? Mejor calcula por 100: a veces la información nutricional en lugar de por 100g o 100 ml, lo hacen por ración. Una idea confusa. Es el caso de los cereales, aperitivos o salsas.las marcas recurren a raciones mas pequeñas de las que se consumen habitualmente. Así, para una ración de 30g de unos cereales puede parecernos una alimento equilibrado, pero solemos comer más de 30 gramos.

Precocinados. ¿Para dos? también lo contrario es habitual. Suele observarse en la lasaña, canelones u otros productos precocinados. La información nutricional es por 100g pero a menudo no se indica para cuantas personas es el paquete, para uno suele ser demasiado y para dos, escaso.

Alimentos para niños: fíjate que no sea dieta de adulto: en alimentos especialmente dirigidos a niños (cereales, bollerías, etc.) la información nutricional se da como porcentaje de las cantidades diarias recomendadas para adultos. Por ejemplo, un adulto puede tomar 125g de azúcares al día y un niño solo 85. Los adultos no deben superar los 6g de sal al día y los menores de 7 años, los 3 gramos.

¿Cuándo se pone malo? existen varias formas de poner que un producto puede consumirse. La fecha de caducidad se usa para los alimentos perecederos. Y los alimentos en los que el paso del tiempo es menos nocivo (cereales, galletas) se indica con “consumir preferencialmente”, lo que indica que no estará perfecto pero puede comerse sin peligro. En Gran Bretaña se intenta ahora unificar para que muchas comidas no vaya a la basura innecesariamente.

El nombre de la caja no indica la procedencia: ¿Esparrago de Navarra? ¿Pimientos de Piquillo? Puede que sí o puede que no. A pesar de que la etiqueta figuren como tales, puede que las materias con que se han elaborados procedan de lugares muy lejos, como Sudamérica. Y es que la norma establece que en las etiquetas lo que ha de aparecer es el lugar de envasado, pero no obliga a que el alimento haya sido producido en ese lugar ni que los ingredientes procedan de él.




2 comentarios:

  1. Hola Dana!!

    Tb soy brasileña y amiga de Sandra, esposa de Raul, me gusto mucho tu blog, para mi será de gran importancia seguirlo.

    muchas gracias guapa

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  2. Olá Monica! Um prazer ter vc aqui no meu blog e obrigada por suas palavras. Se vc quiser se registra em SEGUIR POR EMAIL e assim receberá as atualizaçoes por email.
    Vamos ver se nos conhecemos qq dia.
    Um beijao

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